martes, 7 de diciembre de 2010

Chávez, Tyson y Rocky, al Salón de la Fama


JC ES INMORTAL

Julio César Chávez fue exaltado junto a Mike Tyson al marcar un hito en la historia de este deporte; Ignacio ''Nacho'' Beristaín, Joe Cortez, Sylvester Stallone y Kostya Tszyu también fueron elegidos para entrar al Salón de la Fama del Boxeo Internacional en Canastota, Nueva York el próximo mes de junio.



lunes, 6 de diciembre de 2010

Las cosas no son lo que parecen

(El Zancudo.net/Armando Soto).- De la televisión sale la voz del cronista deportivo, desgañitada en la narración de una pelea de box que describía la superioridad de El Canelo, la precisión y fuerza de sus golpes, la madriza que le propinaba a su contrincante.

Con esa misma enjundia, el cronista se desagañita exaltando la generosidad sin límites de los veracruzanos; la solidaridad elevada al rango de dogma; el desprendimiento con que la gente apoya la causa del Teletón.

Y es que en esos momentos, en la pantalla aparece una muchacha con una urna en forma de corazón, recorriendo la primera fila de los asistentes a la pelea de El Canelo Álvarez.

En el ‘paneo’, la muchacha avanza toda la primera fila de Ring Side poniéndole el corazón por delante a los que pagaron los boletos más caros.

Nadie, de los que estaban en esa hilera, depositó un triste peso en el corazón de la muchacha. Algunos varones levantaron su puño luciendo la pulserita que los exime de ‘volver a dar’. Las señoras y/o señoritas que acompañaban a esos varones, se volteaban a otro lado cuando la muchacha les acercaba la urna.

Una de ellas hizo como que buscaba algo en su bolsa, pero evidentemente no halló nada, porque nada le dio a la chica del Teletón, mientras el cronista de Televisa hacía una apología escandalosa de la generosidad de los veracruzanos, su desprendimiento y su solidaria ayuda.

Unas filas más atrás, Marisol González, la cronista deportiva de Televisa, que es a la vez novia de El Canelo, protagonizando el papel que desarrolló Amanda del Llano en la película Pepe El Toro, sufriendo en cada madrazo que le dan al Canelo y que por cierto fueron muchos.

En el cuadrilátero, un negrito de 40 años le pegó a El Canelo, de 20, cuando quiso. Le corrió cuando quiso. Le aguantó cuando quiso. Lo madreó cuando quiso. Sobre la lona, el sudafricano nacionalizado australiano parecía jugar con el joven mexicano al que Televisa está empeñada en convertir en la reencarnación de Salvador Sánchez, Pipino Cuevas, El Ratón Macías, El Púas Olivares, Julio César Chavez, todos al mismo tiempo.

Pero el muchacho no trae nada. Para ser sincero, sólo una cosa me gusta de El Canelo: su vieja, dicho sea con todo respeto.

El veterano boxeador Lovemore N’Dou se veía mejor preparado; más rápido y preciso, más inteligente. Fue un sparring de lujo, que desquitó dólar por dólar lo que le hayan pagado para aguantar 12 rounds recibiendo metralla más espectacular que efectiva. En realidad, el moreno daba la impresión de que dejó vivir al Canelo, pero si hubiera querido, lo manda a la lona en cualquier momento.

La narración de los cronistas de Televisa era la de otra pelea; era la de la edición de los videos proyectados entre round y round, donde sólo aparecían los golpes del mexicano sobre la humanidad del sudafricano, en la famosísima cámara Phantom, de lentísima velocidad.

Con la misma naturalidad que uno de los cronistas exaltaba la generosidad de la gente con el Teletón, mientras en la pantalla aparecían las imágenes de la gente negándose a cooperar, con esa misma naturalidad narraban una pelea que no pasó de ser un triste pleito arreglado, haciéndola aparecer como el combate del siglo.


TOMADO DE: http://www.elzancudo.net/columnas/1210/0612.html