La joven Itzel Sarahí Cebreros Martínez le rogó a sus papás que la dejaran entrar al pugilismo
EMPALME, Sonora (El Imparcial)-. Detrás de su piel blanca, cabello rubio y ojos verdes,
Itzel Sarahí Cebreros Martínez esconde unos poderosos puños y una historia casi cinematográfica de la muchacha que lucha por sobresalir en una actividad masculina.
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“Quería entrenar boxeo y les pedí y les rogué a mis papás para que me dejaran y finalmente mis amigos los convencieron; yo misma me pasé mucho tiempo buscando al entrenador hasta que aceptó enseñarme”, destacó.El paso definitivo que les permitió a sus padres convencerse de su verdadera vocación pugilística fue la vez en que noqueó a su primer “retador” que resultó ser el más peleonero de su escuela.
“No te voy a tener compasión porque seas mujer, me dijo, y me temblaron las piernas, pero mi papá me dijo que si no le ganaba no me iba a dejar entrenar.
“Así que lo tuve que noquear, le conecté una combinación ‘uno, dos, tres’ y lo rematé en la quijada y ‘zas’ que se va al piso”, recordó la joven de 17 años.
Su talento es tan especial que su entrenador, el formador de talentos empalmenses Marco
Antonio Carrillo, decidió hace dos años dedicarle gran parte de su tiempo para enseñarle sin obtener ninguna remuneración a cambio.
“Ella tiene muchas cualidades, tuve que luchar para que le dieran permiso de entrenar, aprende muy rápido, se probó con un muchacho y lo hizo muy bien, desde entonces lleva dos años como boxeadora amateur, tiene un alto nivel competitivo”, apuntó.