Digan lo que digan...
Más allá de los pronósticos, la clave para la revancha entre Juan Manuel Márquez y Manny Pacquiao, será lo que ambos pongan extra en cada uno de sus golpes
Si bien Pacquiao es más veloz, más fuerte y tiene un gran entrenador en Freddie Roach, Márquez tiene más hambre y el peso en sus hombros de ser el elegido para acabar con la supremacía que el filipino ha tenido sobre los boxeadores mexicanos en los últimos años.
Si el pesaje fuera un anticipo de lo que va a venir, los fanáticos filipinos se mostrarán en gran número para apoyar a su ídolo indiscutido, y considerado el más famoso en la historia del deportes en su país.
Durante la ceremonia, en la que ambos cumplieron el peso sin problemas, la rivalidad entre los dos países quedó demsotrada, con cánticos de "Márquez, Márquez", "Mé-xi-co, Mé-xi-co" y "Manny, Manny", que le dieron energía a los boxeadores.
Pero más allá de todo lo que se pueda hablar de la pelea anterior, de los 4 años de espera, de lo que representa para dos países y lo que significa para ambos, la realidad es que dos grandes boxeadores subirán al ring para darse con todo, con la idea de que uno de ellos levante la mano al final.
La última vez que estos dos se enfrentaron, Pacquiao demolió a Márquez en el primer round, mandándolo a la lona 3 veces en un primer round de fue ejemplo de furia y eficiencia. Lo único que no hizo el filipino en ese asalto fue liquidar al mexicano, algo que casi le costó caro, ya que Márquez se recuperó para forzar un empate que ambos vieron como un resultado injusto.
Márquez sabe que Pacquiao repetirá lo que le dio resutado y que además es un mejor boxeador que cuando lo enfrentó en el 2004. En esa pelea, Márquez sólo tuvo que preocuparse de la mano izquierda del rival, esta vez, Roach ha trabajado para darle a su pupilo una arma que no había usado con efectividad en el pasado: el gancho de derecha. Ahora Pacquiao es un boxeador que puede hacer daño con ambas manos y que no deja de atacar, sin importar lo que pase.
Si algo le sobra a Márquez es corazón. Márquez no conoce la pasión. Cuando era niño se "fajaba" con su hermano Rafael...
Si la estrategia funciona o no, está por verse, pero que los golpes van a llegar, no tengan ninguna duda. Estos son dos peleadores, pegadores sin piedad y con hambre de venganza, todos los ingredientes de una pelea para el recuerdo.
Como si faltara incentivo, a menos de dos días de la pelea, el promotor Bob Arun de Top Rank, anunció que Pacquiao se enfrentará en junio a David Díaz en las 135 libras. A pesar de que fueron claros en explicar que eso sucederá si Manny vence a Juan Manuel el sábado, les aseguro que la esquina de Márquez estará usando esto como una forma de motivar a su rival, de hacerle sentir que nadie piensa que va a ganar.
Grave error.
Si algo le sobra a Márquez es corazón. Márquez no conoce la pasión. Cuando era niño se "fajaba" con su hermano Rafael, y a pesar de que él dice que lso dos se llevaban una dura golpiza, era su hermano menor el que llevaba las de perder. Si Juan Manuel no le tuvo piedad a su hermano, ¿se imaginan lo que le puede hacer a un hombre odiado por todo México, que a su parecer le dieron un empate que no mereció en el 2004 y que además tiene el coraje de programar una pelea ANTES de enfrentársele el sábado?
Los boxeadores siempre dicen que eso no les importa, que es un asunto entre promotores. Pero estoy seguro que si Márquez vence a Pacquiao, eso será lo primero que salga a relucir en la conferencia de prensa posterior al combate.
Es como un equipo de béisbol haciendo planes para la serie mundial antes de jugar la serie de campeonato. Como si un equipo de la NFL imprimiera camisetas del Superbowl previo a ganar el campaonato de la Conferencia. Como si en el fútbol un equipo diera la vuelta olímpica antes de jugar una final.
Sobrestimar a un rival ha sido parte del deporte en toda su historia& y usar eso como incentivo por parte del rival también.
Y a pesar de todo, esta pelea no tiene misterios. No hay ángulos ni estrategias escondidas. El ganador será el que pegue más y más fuerte. El que sepa definir cuando el rival esté a punto de caer, el que sepa que con cada golpe, debe envíar también su alma.
Andrés Rodríguez Ferrari es editor de ESPNdeportes.com. Consulta su archivo de columnas
No hay comentarios:
Publicar un comentario