La efímera grandeza de Mike Tyson llegó a su fin el 11 de febrero de 1990, hace 20 años.
Esa noche el boxeador que se convirtió en el campeón de peso completo más joven de la historia y que cautivó la atención gracias a sus asombrosos nocauts e impresionantes muestras de agresividad e intimidación arriba del ring perdió su aura de invencibilidad para siempre ante un desconocido James 'Buster' Douglas.
Tyson-Douglas representó un parteaguas en el deporte llamado por los puristas como 'la ciencia dulce', y para la industria del boxeo en los años 90 porque sepultó a alguien que era considerado un titán, cuya imagen en la lona dejo en claro que su era de dominación llegó a su fin, un evento que tomó por sorpresa y que dejó al deporte huerfáno, pero no por mucho tiempo.
Un mes después el sonorense Julio César Chávez se enfretaría a Meldrick Taylor, en una pelea de dimensiones épicas que comentaremos a mayor detalle en la próxima edición de Score.
Mike Tyson expuso su tres títulos mundiales de peso completo en Tokyo Japón ante Douglas, un desfavorecido que era considerado como un nocaut más en el currículo de 'Iron Mike' y que estaba abajo 42-1 en las apuestas para ganar la pelea.
Douglas hizo a un lado la adversidad motivado principalmente por la muerte de su madre un par de meses antes de la pelea y ofreció una gran catedra de boxeo para la división de peso completo.
Confieso, yo no vi la pelea en vivo hace 20 años, sin embargo gracias a Youtube, y a que conseguí un documental en DVD de seis horas producido por ESPN que narra la carrera de Tyson he logrado disfrutar esta pelea completa una y otra vez.
Douglas entró corriendo desde el vestidor a la arena para subir al ring impaciente por la aparición de Tyson.
Desde el primer round 'Buster' exhibió un largo, rápido y preciso jab de izquierda que Tyson jamás se pudo quitar del rostro.
Ese golpe, seguido de puñetazos en forma de 'upper cuts' a la quijada y ganchos a las costillas del campeón fueron la puerta que le abrió el camino a la victoria.
Douglas subió en gran forma física, mostrando además un gran deseo por ganar, y una velocidad de manos superior a la de Tyson.
La precisión con la que Douglas golpéo a Tyson, sobre en los primeros cinco rounds fue impresionante; uno puede escuchar claramente el impacto de sus puñetazos sobre la humanidad de un aturdido y letárgico Tyson que no supo nulificar la ofensiva de su enorme antogonista, quien conectó golpes a un razón de dos por uno.
No fue fácil, Tyson mostró su calidad en el sexto round, en el cual empezó a meterse en la distancia corta para castigar a Douglas con poderosos golpes curvos en el rostro.
Para el séptimo el impetú de Douglas se acabó, lució cansado, su jab era errático, sus golpes de poder ya no alcanzaron a Tyson, quien para entonces ya estaba crecido y castigaba de manera frecuente al retador.
El octavo round estuvo cargado de drama provocado por el ataque temprano de Tyson quien se lanzó sobre Douglas desde que sonó la campana, sin embargo el último minuto de ese round fue sensacional porque de alguna manera Douglas se recuperó atrapó a Tyson contra las cuerdas y lo empezó a cruzar con fuertes ganchos de izquierda y derecha.
Tyson se replegó, pero encontró un espacio, un intervalo en el cual midió los golpes abiertos de Douglas y logró meterse debajo de sus hombros para lanzar un salvaje upper cut de derecha que falló por centímetros.
El segundo fue certero y mortal, se impactó de manera plena en el mentón de Douglas, una mole humana de 1.92 metros y 105 kilos de peso, que fue sacudido y envíado a la lona en malas condiciones.
Parecía que Tyson lo había hecho, que lo había logrado a pesar de estar perdiendo la pelea con un golpe desesperado desvastador cuyo poder habría superado el esfuerzo sobrehumano de Douglas.
Pero no fue así, 'Buster' furioso golpeó con su puño derecho la lona mientras el referí Octavio Meyran le aplicaba la cuenta.
Douglas a duras penas superó el lento conteo de Meyran a los nueve segundos, y ganó un poco de tiempo extra ya que la campana sonó para poner fin a ese round, que a la postre acabó con las aspiraciones de Tyson de recuperar un triunfo perdido con un golpe milagroso, producto de un destello ocasional de lo que le quedaba de grandeza.
El noveno round fue un desastre para Tyson, quien empezó agresivo pero ya bastante mermado por el castigo acumulado que su rival le había propinado.
Douglas de alguna manera recuperó el jab, la energía y la confianza que le sirvió para apalear a Tyson en la primera mitad de la pelea.
Un largo jab, seguido por un demoledor gancho de derecho envío a Tyson contra las cuertas, otro largo jab le sacudió la cabeza y le hizo bajar la guardia para que entraran dos ganchos más de Douglas, quien frustrado, pero insistente, se dio cuenta de que estaba apunto de lograr lo imposible.
El décimo round terminó pronto, Douglas acorraló a Tyson cerca de una esquina, lo sorprendió con tres jabs consecutivos, un gancho de izquierda que pasó rozando por la cabeza de Tyson y un 'upper cut' de derecha que conmocionó a Tyson.
Douglas lo hizo, acabó con la grandeza de Tyson, echó por la borda los planes de negocio de Don King y la cadena HBO, y dejó al boxeo sin su máxima figura, y lo que es más, acabó con la última gran figura de una división de peso completo que 20 años después padece la ausencia de un máximo exponente capaz de atraer a las masas y convencer a los más exigentes de que merece el título de campeón indiscutido en la máxima división del boxeo.
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