El ex boxeador Luis Resto reapareció esta semana ante la Comisión Atlética del Estado de Nueva York su intento por volver a obtener una licencia de boxeador, de acuerdo a un post recientemente publicado en Badlefthook. Resto, un estadounidense de origen puertorriqueño está 'baneado' del boxeo profesional en Estados Unidos desde mediados de los años 80 por haber cometido lo que es considerado como el pecado capital más grande en la historia del boxeo profesional.
Para quienes no están familiarizados con su historia les comparto un artículo que escribí para la edición de julio-agosto de la Revista Score:
MARGARITO, BAJO LA SOMBRA DE UN TRAMPOSO
Antonio Margarito estará por siempre ligado al tramposo más infame del boxeo: El puertorriqueño Luis Resto.
Resto vive en la paradoja de ser quizá el villano menos conocido, y la vez el más citado cuando alguna autoridad 'atrapa' a un peleador antes o después de hacer trampa con sus puños.
En el verano de 1983 Resto fue asignado para enfrentar a un prospecto de peso super welter de origen irlandés que parecía encaminado a peleas de campeonato mundial: Billy Collins Jr, de 22 años de edad.
Resto entró al profesionalismo precedido por una carrera amateur exitosa en la cual en dos ocasiones ganó los Guantes de Oro en peso welter del estado de Nueva York, sin embargo en el plano profesional batalló acumulando una marca de 20-8-2 y 8 nocauts.
Collins Jr. marchaba con marca de 14-0-0 y 11 nocauts y venía rodeado de carisma, provenía del seno de una familia de clase trabajadora muy católica y estaba comenzando a ser bien promocionado.
El 16 de junio de 1983 Collins Jr. enfrentó a Resto en el Madison Square Garden en un combate previo a la pelea por el título mundial welter AMB de Roberto 'Manos de Piedra' Durán contra Davey Moore.
Resto era un peleador conocido en Nueva York, que a pesar de no tener pegada de respeto hacía peleas atractivas gracias a su aguante, estilo fajador y actitud combativa.
Para su mala suerte tenía un entrenador muy ambicioso y corrupto en la persona de Carlos 'Panamá' Lewis que sabía de la débil mentalidad de Resto y su frustración como un retador en declive cuya carrera se estaba yendo al ocaso.
Antonio Margarito estará por siempre ligado al tramposo más infame del boxeo: El puertorriqueño Luis Resto.
Resto vive en la paradoja de ser quizá el villano menos conocido, y la vez el más citado cuando alguna autoridad 'atrapa' a un peleador antes o después de hacer trampa con sus puños.
En el verano de 1983 Resto fue asignado para enfrentar a un prospecto de peso super welter de origen irlandés que parecía encaminado a peleas de campeonato mundial: Billy Collins Jr, de 22 años de edad.
Resto entró al profesionalismo precedido por una carrera amateur exitosa en la cual en dos ocasiones ganó los Guantes de Oro en peso welter del estado de Nueva York, sin embargo en el plano profesional batalló acumulando una marca de 20-8-2 y 8 nocauts.
Collins Jr. marchaba con marca de 14-0-0 y 11 nocauts y venía rodeado de carisma, provenía del seno de una familia de clase trabajadora muy católica y estaba comenzando a ser bien promocionado.
El 16 de junio de 1983 Collins Jr. enfrentó a Resto en el Madison Square Garden en un combate previo a la pelea por el título mundial welter AMB de Roberto 'Manos de Piedra' Durán contra Davey Moore.
Resto era un peleador conocido en Nueva York, que a pesar de no tener pegada de respeto hacía peleas atractivas gracias a su aguante, estilo fajador y actitud combativa.
Para su mala suerte tenía un entrenador muy ambicioso y corrupto en la persona de Carlos 'Panamá' Lewis que sabía de la débil mentalidad de Resto y su frustración como un retador en declive cuya carrera se estaba yendo al ocaso.
FUE USADO
Lewis
se vio involucrado en una red de apuestas previo a la pelea y momentos
antes del combate removió el cojín de los guantes de Resto para
llenarlos con yeso con el consentimiento del propio peleador y la firma
de un funcionario de la Comisión de Boxeo del Estado de Nueva York.
Resto uso sus guantes cargados de rocas en los nudillos luciendo con mayor fuerza cada vez que acertaba un puñetazo sobre los ojos de su rival, logrando alzarse con una efímera victoria por decisión unánime en 10 asaltos de manera por demás inesperada.
Collins Jr. terminó con su rostro desfigurado, presentó fractura orbital en ambos pómulos, sus párpados estaban grotescamente hinchados y la piel de su cara se tiñó de color morado, en una escena que resulta escalofriante ver aún 28 años más tarde.
Segundos después de ser anunciado el resultado el padre de Collins Jr. se acercó a felicitar a Resto, pero al tomar su mano derecha, se percató de algo raro en los guantes y ahí se extendió una espiral de tragedia y drama que arruinó la vida de ambos peleadores, marcó con tristeza eterna a la familia Collins y acabó con la incursión de Lewis como entrenador.
Un año después del pleito Collins Jr. se había refugiado en el alcoholismo incapaz de obtener una licencia para boxear debido a que había sufrido severo daño en las retinas de sus ojos y en términos técnicos estaba ciego.
Collins Jr. perdió la vida en un accidente automovilístico en Tennessee, cerca de su hogar, la Policía concluyó que conducía en estado de ebriedad.
Resto y Lewis fueron sometidos a investigación por autoridades de Nueva York en 1983 y en 1986 ambos pasaron dos años y medios en cárcel por haber cometido varios crímenes entre ellos: agresión, conspiración y uso de un arma mortal: sus guantes.
Todo fue producto de la demandas que la familia Collins entabló contra la Comisión de Boxeo de Nueva York, el promotor Bob Arum (Top Rank), el fabricante de guantes Everlast, y el referí Tony Pérez
Resto uso sus guantes cargados de rocas en los nudillos luciendo con mayor fuerza cada vez que acertaba un puñetazo sobre los ojos de su rival, logrando alzarse con una efímera victoria por decisión unánime en 10 asaltos de manera por demás inesperada.
Collins Jr. terminó con su rostro desfigurado, presentó fractura orbital en ambos pómulos, sus párpados estaban grotescamente hinchados y la piel de su cara se tiñó de color morado, en una escena que resulta escalofriante ver aún 28 años más tarde.
Segundos después de ser anunciado el resultado el padre de Collins Jr. se acercó a felicitar a Resto, pero al tomar su mano derecha, se percató de algo raro en los guantes y ahí se extendió una espiral de tragedia y drama que arruinó la vida de ambos peleadores, marcó con tristeza eterna a la familia Collins y acabó con la incursión de Lewis como entrenador.
Un año después del pleito Collins Jr. se había refugiado en el alcoholismo incapaz de obtener una licencia para boxear debido a que había sufrido severo daño en las retinas de sus ojos y en términos técnicos estaba ciego.
Collins Jr. perdió la vida en un accidente automovilístico en Tennessee, cerca de su hogar, la Policía concluyó que conducía en estado de ebriedad.
Resto y Lewis fueron sometidos a investigación por autoridades de Nueva York en 1983 y en 1986 ambos pasaron dos años y medios en cárcel por haber cometido varios crímenes entre ellos: agresión, conspiración y uso de un arma mortal: sus guantes.
Todo fue producto de la demandas que la familia Collins entabló contra la Comisión de Boxeo de Nueva York, el promotor Bob Arum (Top Rank), el fabricante de guantes Everlast, y el referí Tony Pérez
VIVE COMO HOMELESS
Resto fue suspendido de por vida para volver a boxear; Lewis tiene prohíbido participar como entrenador en el ring durante peleas profesionales, sin embargo goza de relativo éxito como entrenador para campeones mundiales como Zab Judah,a quien preparó para su combate contra Miguel Cotto en el verano de 2007.
Los dos siguen con vida, Resto tiene 56 años de edad y deambula en calidad de desamparado por las calles del Bronx, donde vive en las cañerías de esa ciudad neoyorkina, aunque de vez en cuando funge como instructor de boxeo para jóvenes prospectos y de ahí gana algunos dólares.
Resto fue suspendido de por vida para volver a boxear; Lewis tiene prohíbido participar como entrenador en el ring durante peleas profesionales, sin embargo goza de relativo éxito como entrenador para campeones mundiales como Zab Judah,a quien preparó para su combate contra Miguel Cotto en el verano de 2007.
Los dos siguen con vida, Resto tiene 56 años de edad y deambula en calidad de desamparado por las calles del Bronx, donde vive en las cañerías de esa ciudad neoyorkina, aunque de vez en cuando funge como instructor de boxeo para jóvenes prospectos y de ahí gana algunos dólares.
Lewis, de 65 años, tiene su gimnasio establecido en Florida, lejos del escándalo que lo rodea en Nueva York.
- Margarito está ligado en el tiempo y la historia con Resto por el intento de usar guantes cargados con yeso en su pelea contra Shane Mosley en enero de 2009, y presuntamente ante Miguel Cotto también, como se ha manejado en la prensa de Estados Unidos.
Para conocer más sobre esta historia busque las películas en Internet: Assault in The Ring (Crimen en el Ring, 2009) y Cornered (Acorralado, 2009), pueden uno de los trailers aquí:
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